Mamá confronta a su familia

Betty es una mujer de 80 años que vive con su esposo e hijo y ha sufrido maltrato a lo largo de su existencia. Su hijo John tiene 53 años y padece de esquizofrenia. Ha entrado y salido de instituciones de salud mental la mayor parte de su vida. Le ha fracturado huesos a Betty, le ha causado contusiones, y sigue maltratándola física y emocionalmente. Pese a ello, Betty desea protegerlo. Tiene la esperanza de que su hijo reciba el tratamiento de salud mental que necesita tan desesperadamente.

APS toma medidas

Cada vez que APS investiga una denuncia acerca del maltrato que sufre Betty, ella le dice al trabajador social que fue un accidente. Se niega a recibir ninguna ayuda de APS porque teme que su hijo termine en la cárcel. Un día todo cambió. Terry, un trabajador social de APS, recibió una llamada en la que se informaba que Betty había resultado lesionada nuevamente. Esta vez, John la arrojó al piso, lo que le causó una fractura en la muñeca. Terry de inmediato llamó a la casa de Betty para verificar su situación. El marido de Betty respondió, pero no dejó que Terry hablara con ella. Le aseguró que Betty se había caído ella sola y que alucinaba.

A Terry le inquietó la historia, por lo que hizo seguimiento con el médico que atiende a Betty para comprobar si en verdad tenía alucinaciones. Ésta le contestó que Betty no alucinaba. Terry sabía lo importante que era hablar con Betty a solas, por lo que persuadió al médico para que la llamara y le informara que necesitaba que fuera a una consulta médica.

Sin embargo, esta vez fue distinto. El personal médico no le permitió al marido de Betty que la acompañara a la consulta; así que finalmente ella tuvo la oportunidad y el valor de confesarle a Terry que su hijo John la golpeaba. Admitió que la había arrojado al piso y que no le importó que se lesionara. Incluso le hizo cocinar la cena justo después del incidente. Betty estuvo adolorida varias semanas antes de que su marido finalmente la dejara ir al médico.

Cuando escuchó el relato de Betty, Terry hizo arreglos para que la policía y el juez del condado se apersonaran en la consulta. Betty repitió el relato y todos concordaron en emitir una orden de detención de emergencia para ayudar a su hijo. Asimismo, dispusieron una orden de protección de 60 días para resguardar a Betty.

Sociedad comprometida

La determinación de Terry garantizó la seguridad de Betty. Terry entendía la situación de la familia de Betty y respetaba su deseo de proteger a su hijo. APS, el médico, el agente de policía y el juez trabajaron juntos para ayudar a Betty a dar con una solución, de tal manera que pudiera vivir en un hogar seguro y con su dignidad intacta.

La historia de Betty es una muestra del compromiso de Servicios de Protección al Adulto en trabajar con sus socios para proteger a los adultos vulnerables que están expuestos al maltrato, a la negligencia o a la explotación financiera.