Las reacciones traumáticas pueden persistir mucho después del evento. La intensidad de las respuestas físicas y emocionales puede abrumar a los niños.
Varios factores afectan la forma en que el niño responderá a un evento traumático, incluyendo:
- La edad y el nivel de desarrollo del niño.
- Cómo el niño percibió el peligro.
- El papel que jugó el niño en el evento.
- Trauma que el niño ha experimentado anteriormente.